Con menos luz y menos gente
Foro de Trajano. Columnas de las bibliotecas, al fondo el “Vittoriano”
La gran presión turística hace difícil apreciar y disfrutar de muchos de los lugares más emblemáticos de Roma, durante el día asediados por grupos compactos pastoreados por un guía que los desplaza de forma frenética de aquí para allá. La masificación es uno de los precios que se pagan en esta ciudad, turística por excelencia.
A lo largo de diversas visitas descubrimos, que, si uno guarda un poco las fuerzas, cuando las masas se han rendido tras muchas horas de patear la ciudad, es posible darse un monumental –nunca mejor dicho- e inolvidable paseo.
Sólo hay que tener un poco de paciencia y esperar al anochecer. Se puede elegir alguno de los muchos miradores que proporcionan las colinas de la ciudad para ver como cae la noche en la ciudad eterna. El Gianicolo, el monte Capitolino ó –dicen que el más romántico-, desde la colina de Pincio, donde la puesta de Sol ayuda mucho a que se haya ganado ese calificativo.
A esta ultima se accede desde la Piazza del Popolo; es un buen lugar para terminar el paseo que puede haber comenzado recorriendo la Plaza de España y las comerciales calles de la Vía del Corso y del Babuino.
Desde la Colina de Pincio. La Piazza del Popolo, al fondo la cúpula de San Pedro
Una buena subida nos lleva a la zona alta del parque de la Villa Borghese. Arriba, una gran terraza deja a nuestros pies la bonita Plaza del Popolo, y en línea recta el puente Reina Margarita y la larga vía de Cola di Rienzo, que lleva nuestra vista hasta el Vaticano.
Plaza de San Pedro del Vaticano
Abandonamos el mirador y nos desplazamos a alguna de las zonas que durante el día están masificadas. Aunque parezca increíble te puedes encontrar sólo en la Plaza de San Pedro, de día atestada de gente y con una gran cola para entrar a la Basílica.
Plaza de San Pedro
Que decir de un paseo por el Campidoglio con el único acompañamiento del sonido de tus propios pasos. El mejor momento para disfrutar de la curiosa geometría que Miguel Ángel trazó sobre su pavimento.
El Campidoglio
Castillo de Sant’ Angelo, desde el puente
O recorrer el puente de Sant’Angelo en un solitario paseo, bajo la mirada de los 10 ángeles diseñados por Bernini y ejecutados por diversos artistas.
Sólo una observación: estos recorridos mejor después de la cena, a las 11 de la noche, en Roma, difícilmente encontraras un lugar para cenar; ni tan siquiera, para tomar un café, salvo que estés en una zona de marcha o turística.
Puente de Sant’Angelo
Desde el puente de Sant’Angelo. Anochece sobre el Vaticano
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