César Borgia en Viana (Navarra)

El Príncipe del Renacimiento

Cesar Borgia, a los pies de la portada en la iglesia de Santa María de Viana (Navarra)

Es difícil encontrar una biografía más controvertida, discutida, admirada, denostada, azarosa… llena de luces y sombras que la protagonizada por la familia Borgia. En ella se mezclan conquistas, hazañas históricas, ambición, traición, inmoralidad, poder, crímenes y amores de tal manera que solo pudo transcurrir en una de las épocas más fascinantes de las historia: el Renacimiento.

Hace unos años, leyendo unos cuantos libros sobre los Borgia me sorprendió descubrir que uno de sus miembros más destacados –Cesar Borgia-  estaba enterrado en Viana (Navarra).

La trayectoria vital de este Príncipe del Renacimiento no parecía destinada a pasar los últimos años de su vida en la península. Menos aún a morir, espada en mano –no podía ser de otra forma- en la localidad Navarra. Me quedó la curiosidad de ver  la lápida que recuerda la memoria del Borgia y, aprovechando el fin de semana en Logroño, nos acercamos hasta Viana, un corto viaje de apenas  10 Km. desde la capital de la Rioja.

Símbolos del Papa Borgia, en los apartamentos vaticanos.

Su recorrido por España –entre 1503 y 1507- poco tiene que ver con la grandeza y poder que llegó a manejar en Italia. Fue detenido en Nápoles por el otro gran guerrero y militar de la época, el castellano Gonzalo Fernández de Córdoba –el Gran Capitán- a instancias de los Reyes Católicos.

Odiado y temido en Italia. Para sus enemigos, entre más lejos mejor. Deportado a España llegó al puerto de Valencia 75 años después de la partida de Alonso Borja –Calixto III, el primero de la saga que hizo carrera en Roma-. Pasó dos años encerrado en el castillo de Chinchilla, donde recuperó su gran fortaleza física. Se ganó la confianza del comandante de la fortaleza –Gabriel de Guzmán- e hizo un intento de escapada, tratando de tirar a su vigilante desde la torre. Este, corpulento y fuerte, consiguió recuperarse del ataque y no dio credibilidad al carácter de broma que César pretendió dar al intento. Por este hecho fue trasladado al Castillo de la Mota (Valladolid), considerada una fortaleza mucho más segura. Aquí coincidirá con Juana La Loca, que pondrá precio –10.000 ducados- a su cabeza cuando escape de su prisión.

El 25 de octubre de 1506, ayudado por el Conde de Benavente y algunos otros cómplices, huyó de forma cinematográfica –faltaban unos siglos para el descubrimiento del celuloide-. Se descolgó por una cuerda desde lo alto de las mazmorras, situadas a media altura de la torre. Antes de llegar al suelo, descubierto por sus guardianes,  cortaron la soga  y se dio un gran batacazo. Malherido escapó a caballo  burlando a sus perseguidores. No pararon hasta Villalón, donde fue atendido –durante cerca de un mes- para recuperarlo de las heridas. La noticia de su fuga corrió como la pólvora por las cortes europeas.

César se dirige a los dominios navarros de su cuñado –Juan de Albret-, lo hace por Santander, evitando el camino directo de Burgos por temor a la búsqueda que se había desatado. Tras un complicado viaje llegará a Pamplona el 3 de Diciembre.

Su cuñado, rey de Navarra, lo nombra capitán general de sus ejércitos. El pequeño Reino de Navarra se halla amenazado; por el lado español, por Fernando de Aragón, y por el francés, por Luis XII.

Luis de Beaumont, conde de Lerín y condestable de Navarra lucha para que el reino vuelva a manos de Fernando de Aragón. César se dispone a entrar en guerra contra él. El Conde de Beaumont tenia fama de adversario temible. Hombre de muy baja estatura y gran ferocidad, como recuerda su epitafio en el monasterio de Veruela: “En un cuerpo tan pequeño, nunca se ha visto tanta fuerza”.

Se ha hecho fuerte en el castillo de Viana, aunque la ciudad se mantiene fiel al rey Navarro. César pone sitio a la fortaleza, sabe que está mal abastecido de víveres. La noche del 11 de marzo de 1507 se desata una gran tormenta y se relaja la guardia. Partidarios del conde de Lerín consiguen abastecer el castillo por la llamada “Puerta del Socorro”.

Los sitiadores dan la alarma. César, sorprendido en plena noche mientras duerme, se pone su armadura y monta el caballo de guerra, no espera por nadie. Se lanza contra el enemigo y estos, viendo la situación del atacante lo atraen hacia un repliegue del terreno. Será un combate desigual, contra 20 hombres. Es alanceado y derribado del caballo, despojado de sus armas y su armadura. En el lugar conocido como “La Barranca Salada” queda el cadáver desnudo de César Borgia, con más de 20 lanzazos en el cuerpo.

Luis de Beaumont, al ver la imponente coraza, ordena indagar a sus hombres sobre quien es el caballero abatido. Llevan a su presencia al escudero y lo identifica como César Borgia, el Valentinois, Duque de la Romaña.

Viana, desde la Rúa Mayor: la Iglesia de Stª María y Ayuntamiento

El cuerpo se lleva a Viana y en la Iglesia de Santa María el rey Navarro organiza unos suntuosos funerales y levanta una sepultura monumental. Se conoce su epitafio, pues gustó al obispo de Mondoñedo a su paso por la localidad en 1523 y lo hizo copiar:

“Aquí yace en poca tierra el que toda le temía,

el que la paz y la guerra en su mano la tenia.

¡ Oh tú, que vas a buscar cosas dignas de loar !

Si tu alabas al más digno, aquí para tu camino

no cures de más andar

A mediados del siglo XVI el obispo de Calahorra consideró un sacrilegio que César Borgia estuviera enterrado en lugar sagrado. Hizo sacar los restos y colocarlos en la Rúa Mayor “para que fueran pisoteados por los hombres y las bestias”. El mausoleo, destruido.

Incluso muerto, parece ser que una leyenda más de los Borgia propició el desenterramiento. La creencia popular afirmaba que había sido enterrado con una espada de gran valor,  llena de incrustaciones de piedras preciosas y, tal vez, impulsó la remoción del cadáver. De la espada nada se supo.

En 1945 se vuelven a exhumar los restos, sometidos a un análisis forense, y en 1953 se sitúan en el emplazamiento actual. Dentro del recinto, a los pies de la portada de la Iglesia de Santa María, bajo una lápida de mármol blanco. Aquí los encontramos con la sencilla inscripción:

“César Borgia generalísimo de los ejércitos

de Navarra y pontificios

muerto en campos de Viana

el 11 de Marzo de MDVII”

César Borgia no llegó a cumplir los 32 años de edad; una vida corta pero intensa como pocas. Alcanzó gloria y honores apoyado en el poder temporal de su padre; desapareciendo con la muerte del Papa.

Tal vez consciente del camino sin retorno por el que le conducía la historia, cansado de pelear, abandonado por sus antiguos aliados, espoleó su caballo en Viana; no hacia el enemigo, sino hacia su propia  divisa : “Aut Caesar aut nihil” ( O César o nada).

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LA FAMILIA BORGIA

La historia y la leyenda del personaje es tan apasionante que no me resisto a dejar aquí un breve resumen –como tal incompleto- sobre una de las familias malditas de la historia.

Ahí que advertir al lector sobre los Borgia. En ellos se da un echo único en la historia de los Papas. Alejandro VI (Rodrigo Borgia) fue sucedido –tras el breve papado de 26 días de Pio III-, por Julio II (Giuliano della Rovere 1443-1513).

Durante décadas fueron enemigos implacables –a los Borgia les debía años de exilio-. El nuevo Papa no tuvo ningún reparo en alimentar, impulsar y adjudicar todo tipo de actuaciones inmorales a su antecesor; acusándolo de simonía, nepotismo  y de no respetar el celibato. Por otra parte, estos comportamientos fueron habituales en otros papas del Renacimiento.

Julio II empuñaba con más facilidad la espada que el crucifijo. Fue el Papa-soldado por excelencia. No dudaba en presentarse en los campos de batalla en las campañas militares. De él se dijo que hubiera sido mejor emperador que Papa.

Gran impulsor del arte –como muchos de los Pontífices de su época-, mecenas de Bramante, Rafael o Miguel Ángel. Su patrocinio nos dejó obras colosales: Bramante inició la gran basílica de San Pedro, Rafael pintó los frescos de las estancias Vaticanas, Miguel Ángel esculpió el Moisés para su mausoleo en la iglesia de San Pietro in Vincoli, y Julio II logró que decorara la Capilla Sixtina sin hacer caso de sus protestas: “soy escultor, no pintor”.

Ambos compartían un carácter terrible, colérico. El Papa acostumbraba a llevar consigo un bastón que utilizaba con destreza y facilidad con quienes le importunaban. Con él midió, más de una vez, las espaldas de Miguel Ángel.

Julio II –Rafael Sanzio –National Gallery (Londres)

Personaje tanto o más maquiavélico que Cesar Borgia, maquinador, destacado estratega militar, temible por iracundo. En la National Gallery de Londres se puede ver el retrato que Rafael hizo de Julio II. Ya anciano, con aspecto cansado, la dureza de su rostro y su mirada transcienden a la pintura. Vasarí llegó a decir que :”producía temor mirarlo, como si estuviera vivo”. Permitir que su mayor enemigo, Giuliano della Rovere, llegara a ser Papa fue el gran error de César Borgia.

 

SU PADRE:  ALEJANDRO VI (RODRIGO BORGIA, 1431-1503)

Rodrigo Borgia nació en Xátiva, en el seno de la noble familia de los Borja (Borgia una vez italianizado el apellido). Viajo a Roma muy joven, como sobrino que era del Papa Calixto III –Alonso de Borja-.

Completó sus estudios en la universidad de Bolonia. Hizo una larga carrera en el Vaticano, llegando a ocupar durante el pontificado de 5 Papas el cargo de Vicecanciller. Permaneció en el puesto 35 años; esta carrera maratoniana desempeñando un cargo tan destacado -con gran habilidad y reconocimiento- sirvió para tejer una red en la que caería el cargo más deseado: el papado.

Alejandro VI. Retrato de Cristofano dell'Altissimo. Museo del Corredor de Vasari (Florencia).

A la muerte de Inocencio VIII, en Julio de 1492, llegó su gran oportunidad. Maniobró hábilmente para, sin ser el favorito, conseguir los apoyos suficientes para imponerse a Giuliano della Rovere. Este no dudó en acusarle de simonía (compra de cargo eclesiástico) y será para siempre un rival acérrimo que no soporta a los Borgia.

Participó en destacados hechos históricos durante su pontificado. Anteriormente, en 1472, ya había intervenido a favor de los Reyes Católicos para que Sixto IV concediera la bula papal que consolidaba su matrimonio. Los Reyes Católicos eran primos segundos y se habían casado en secreto.

Alejandro VI . Fresco de Pinturicchio en los apartamentos Borgia del Vaticano

Accedió al papado unos meses antes del descubrimiento de América. Participó activamente en el reparto del nuevo mundo con las Bulas Alejandrinas donde se estableció el meridiano que separaba la zona de influencia castellana y portuguesa, situándolo a 100 leguas de Cabo Verde y las Azores.

Practicó el nepotismo, como otros Papas de su época. A los pocos meses de su papado nombró varios cardenales entre  familiares y allegados. Un año más tarde aumentó el Colegio Cardenalicio, con el fin de asegurar su control, nombrando 12 nuevos cardenales, entre ellos a su hijo César.

Combatió los ataques de Savonarola. El dominico florentino denunciaba la vida disoluta, la corrupción  y ambición vaticana. Lo excomulgo, torturó y ejecutó en 1498.

Político hábil, mantuvo durante muchos años gran influencia y poder en la Roma de la época. Los “catalanes”, como llamaban de forma despectiva a ellos y a todo el séquito de origen valenciano que incorporaron, influyeron durante años en una sociedad poco acostumbrada a ser gobernada por personajes que no fueran italianos. Combatió o pacto, según sus intereses, con las poderosas familias romanas de su tiempo –los Colonna y los Orsini-, resistiendo sus envites para derribarlo. 

Estancias Vaticanas de los Borgia. En el último viaje a Roma buscamos los escasos símbolos que quedan del Pontificado de Alejandro VI. Arriba, leyenda y escudo del Papa Borgia grabados en una gran chimenea. Abajo, fresco de Pinturicchio en  los apartamentos Borgia.

Al igual que otros Papas fue mecenas de grandes artistas. Apreciaba el trabajo de Pinturicchio, al que encargó diversos frescos para los apartamentos Borgia.

Amante de puestas en escena teatrales el 23 de Diciembre de 1499 abrió el Año Santo (1500) con una ceremonia ideada por él -martillo de plata y puerta tapiada- que se mantiene hasta nuestros días. Roma vivió una gran animación y, a lo largo del año, llegaron unos 200.000 peregrinos –cifra enorme en esta  época-. Para este evento se trazó una nueva calle entre Sant’Angelo y el Vaticano –la vía Alessandrina, hoy Borgo Novo- que discurre pegada al pasaje amurallado que los comunica.

Como Pontífice actuó como un hombre de estado; proporcionó a la Iglesia cierta independencia política y territorios estables, consolidados por Julio II. Este último, como ya se mencionó, era enemigo irreconciliable de los Borgia. Hizo todo lo posible por denostar y borrar de la historia los logros de su antecesor.

 

LOS HERMANOS: JUAN, LUCRECIA Y JOFRÉ

Alejandro VI dejó una buena prole de hijos ilegítimos. Entre 8 y 10 le adjudican los historiadores más fiables. Era un hecho normal en los papas de su tiempo. Hay cierta confusión y baile de fechas de nacimiento de los hijos adjudicados al Papa Borgia.

1468 es la fecha del supuesto nacimiento del primer hijo –Pedro Luis Borgia-, que será el primer Duque de Gandía. De madre desconocida, Pedro Luis se casó con María Enríquez, prima hermana del Rey Fernando El Católico. Se supone que muere en 1490, dos años antes de alcanzar su padre el papado.

La descendencia Borgiana más importante para la historia tiene su origen en la larga relación de Rodrigo Borgia con Vanozza Cattanei, a la que, al parecer, el Cardenal Borgia había conocido en 1459 en el Congreso de Mantua.

Tendrá con ella 4 hijos: César, nacido en Septiembre de 1475; Juan (1476), si bien hay confusión con su fecha de nacimiento, pues después de su muerte se emitieron una serie de bulas papales que dejan duda sobre si nació en 1474 o 1476. Para algunos historiadores es el hijo mayor de Rodrigo y Vanozza. Lucrecia, nacida en 1480; y Jofré en 1481.

Cuando llega al papado la relación amorosa de Rodrigo de Borgia con Vanozza Cattanei ha sido reemplazada por la que mantiene con la bella Julia Farnesio. Era de dominio público en la Roma de la época.

JUAN BORGIA (1476 ? -1497). El preferido de sus hijos varones, Alejandro VI depositó en él sus mayores expectativas. Al año de ascender al papado lo envió a España. Se casó con María Enríquez de Luna, viuda de su hermanastro mayor –Pedro Luis- y será el segundo Duque de Gandía. En Agosto de 1496 regresa a Roma para convertirse en confaloniero de la iglesia y comandar los ejércitos vaticanos.

Desempeñó el cargo con acierto desigual. Había sido llamado por Alejandro VI para emprender la campaña contra los Orsini. A las victorias iniciales se sucedieron errores y derrotas que obligaron al Papa a firmar un tratado de no agresión por el que se restituían las plazas tomadas en la campaña a los varones rebeldes. Tuvo que recurrir a la ayuda del Gonzalo Fernández de Córdoba, que con César Borgia,  serán los dos  “grandes guerreros” del Renacimiento.

El Gran Capitán ante Alejandro VI. (Zacarías González. Museo R.A. Bellas Artes. Madrid)

Juan era un hombre joven, guapo, de carácter autosuficiente. Con más experiencia en reventar alcobas que plazas fuertes; “muy enlodado de grandiza” escribió un cronista español. Su padre no dudó en atribuirle el dudoso éxito de la campaña, aunque en el Diario de Burckard  -maestro de ceremonias del Vaticano- quedó así reflejada la audiencia que reunió a los dos capitanes en el Vaticano: “…de un lado, un verdadero hombre de guerra y de estado, del otro, un falso príncipe de comedia con sus perifollos, cubierto de pies a cabeza de oro y joyas”.

Juan es asesinado en la noche del 15 de Junio de 1497, su muerte forma parte de la leyenda negra de los Borgia.

JOFRE BORGIA (1481-1517). Como el resto, utilizado por los cabezas de familia para sus intrigas políticas. A la edad de 13 años lo casarón con Sancha de Aragón, hija ilegitima de Alfonso II de Nápoles. Los napolitanos le otorgaron los títulos de Príncipe de Esquilache y Conde de Alvito. La joven, muy hermosa, tenía un carácter decidido, contrapuesto al maleable y débil de Jofré.  Pronto se cansará de él y mantendrá otras relaciones.

En 1496 abandonan Nápoles y se trasladan a Roma.  Las malas lenguas pronto dijeron que Sancha era “nuera del Papa por partida triple”, al haber sido seducida por César y, posteriormente, por su hermano Juan. 

Jofré y Sancha Borgia. (1500.Autor desconocido)

La caída de la dinastía Borgia hizo que retornaran a Nápoles, donde Sancha fue amante de Gonzalo Fernández de Córdoba.

Un hermano de Sancha, Alfonso de Aragón, será el segundo marido de Lucrecia Borgia.

Sancha murió en 1506 y Jofré se volvería a casar, con María de Milá, con la que tuvo 4 hijos.

LUCRECIA BORGIA (1480-1519) La gran damnificada de la familia

Pasará a la historia como una mujer inmoral y sin escrúpulos. Adjudicataria de múltiples asesinatos y todo tipo de perversiones sexuales. Lucrecia escenifica, por si sola, la leyenda negra de los Borgia.

La realidad histórica parece ser bien diferente. Era una joven culta y de cierta belleza; “más atractiva que bella”. No se conoce ningún retrato auténtico de ella, aunque fue utilizada como modelo en una serie de imágenes que, seguramente, la representan de forma idealizada.

Santa Catalina de Alejandría ante el Emperador Maximino. (Detalle)  Se cree que Pinturicchio representó a Lucrecia en este fresco de los apartamentos Borgia.

Utilizada por su padre y su hermano para satisfacer sus intereses políticos. Era una forma de proceder común en las familias poderosas. Alejandro VI y César la casaron y “descasaron” a su conveniencia en 3 ocasiones.

El primer marido elegido era de la poderosa casa de los Sforza. Alcanzado el papado Alejandro VI no dudó en romper un compromiso anteriormente contraído con los españoles de la familia de Querubín de Centelles y buscar una alianza más ilustre para su hija.

El preeminente cardenal Ascanio Sforza –su sucesor como vicecanciller vaticano- propone el enlace de su sobrino Giovanni Sforza, conde de Pesaro, y primo de Ludovico el Moro, con Lucrecia.

Alejandro VI tiene gran interés en una alianza con la familia que gobernaba Milán y a los 10 meses de acceder al papado se celebra la boda. En los apartamentos vaticanos se organiza una fastuosa ceremonia para casar a la que, embajadores y mandatarios, siempre llaman “su sobrina”.

Lucrecia tenía 13 años y su marido superaba el doble de esa edad. Será el comienzo del desprecio al que la relegará su familia, primero el padre, después su hermano, con el fin de conseguir sus objetivos. Siempre a merced “de la fortuna, la ola, el viento”. Moneda de cambio para los intereses del trono de San Pedro.

Giovanni Sforza no pareció demostrar mucho interés por Lucrecia. A los pocos meses de la boda la alianza de Alejandro VI por los Sforza dio un giro. Había establecido un acuerdo con los Aragón de Nápoles –enemigos de los Sforza- y Giovanni comenzaba a molestar en la corte vaticana. Los Borgia maniobran  para anular su matrimonio. En Roma comienzan los rumores de que no ha consumado su matrimonio con Lucrecia.

El Sforza anduvo vivo –no como otros sucesores-. Al primer presentimiento de que allí sobraba subió a un caballo y no ceso de galopar hasta Pesaro. Sabía como se las gastaban en la familia de su mujer. A las acusaciones de no haber consumado el matrimonio con Lucrecia respondió con que ella mantenía relaciones con su padre y su hermano. Comenzaba a escribirse la escandalosa leyenda de Lucrecia.

Durante meses el Papa no cesó en sus intentos de anular el matrimonio. El Sforzino –como le llamaban de chufla en el Vaticano- tuvo que plegarse cuando perdió el apoyo de Ludovico el Moro y pasar por el trago de reconocer que era impotente, a pesar de que, su primera esposa –Magdalena de Gonzaga- había muerto de parto.

Lucrecia Borgia. En un supuesto retrato obra de Bartolomeo Veneto.

A finales de 1497 los jueces de la Rota confirmaron a Lucrecia como “virgo incorrupta” y declararon que Giovanni «era impotente por completo y de naturaleza frígida». Esta proclamación causó muchas sonrisas en la sociedad romana y agudizó el ingenio de los copleros; no dudaban en declarar a Lucrecia como “hija, esposa y nuera del Pápa”.

Los intereses vaticanos han virado hacia Nápoles. Lucrecia, convertida en un peón sometido a los intereses de César y del Papa, va a recibir como nuevo marido a un napolitano de la Casa de Aragón. El hermano de Sancha –Alfonso de Aragón- ha sido elegido por César, que tiene sus miras puestas en el reino de Nápoles.

El matrimonio se celebra por poderes y Alfonso viajará desde Nápoles a Roma a reunirse con Lucrecia. Corre el verano de 1498, ella tiene 18 años y él 17.

Un año después la alianza se ha vuelto incomoda para los Borgia. Alfonso, Principe de Bisceglie, tiene a su familia napolitana aliada con los Sforza de Milán. El Papa, Venecia  y el Rey Francés se han coaligado contra ellos. La situación causa inquietud en Alfonso y en el verano de 1499 pondrá tierra por medio. Se reencontrará con Lucrecia unos meses más tardes y juntos regresan a Roma.

El toro de los Borgia, en los apartamentos vaticanos

Durante el primer semestre del 1500 César alcanza la cima de su poder y comienza a tomar decisiones con el fin de satisfacer las miras que tiene sobre algunos territorios italianos.

Alfonso de Aragón es atacado una noche en la Plaza de San Pedro, pero salva la vida. Gravemente herido se va recomponiendo con los cuidados de Lucrecia y de su hermana Sancha. No se separan de su lecho en la torre Borgia. Entre las dos obtienen del Papa una guardia de 16 hombres para que vigile al herido. Como prevención, hacen venir a médicos de Nápoles y ellas mismas preparan sus alimentos. Con estos cuidados comienza a reponerse y su curación se ve cercana.

Johannes Burckard (1450-1506), el alsaciano maestro de ceremonias, escribió en su diario el 18 de agosto: “Dado que don Alfonso se negaba a morir de sus heridas, fue estrangulado en su lecho”.

Lucrecia y Sancha son apartadas con engaños del lado Alfonso, fingiendo una llamada del Papa. El valenciano Miquel Corella “Michelotto”, lugarteniente de César, famoso por su habilidad para usar una fina cuerda, apenas empleo unos minutos en rematar el encargo. Lucrecia, con apenas 20 años, perdía a su primer amor. Ella y Alfonso demostraron tenerse gran cariño y respeto. Quedo conmocionada por el asesinato de su marido.

César buscará un tercer marido para su hermana. En 1501 sus intereses se dirigen a asegurar una unión con sus vecinos del ducado de Ferrara. Alfonso d’Este –hijo de Hercules I- tiene 24 años, y ha enviudado sin tener hijos. Lucrecia se convertirá en la Duquesa de Ferrara. A principios de Enero de 1502 partirá , en un fantástico viaje, de Roma a reunirse con su nuevo marido. Ya no volverá a ver a Alejandro VI.

En Ferrara, una de las cortes mas refinadas y cultas del Renacimiento, lugar de acogimiento de artistas con los que Lucrecia tendrá trato frecuente, transcurrieron los años al lado de Alfonso d’Este. Lucrecia participó en las tareas de gobierno en su ausencia y supo ganarse la estima de sus súbditos.

Diecisiete años de matrimonio en los que tuvo 8 hijos. Falleció a raíz del ultimo parto –una niña que no sobrevivió- el 24 de Junio de 1519. Tenía 39 años.

 

CESAR BORGIA (1475-1507) El personaje.

Durante su vida fue investido de títulos y cargos que reflejan la intensidad del personaje. César fue, Príncipe, Duque, Conde, Confaloniero, Condotiero, Cardenal, Arzobispo y Obispo.

A los 16 años su padre le dio la titularidad de la diócesis de Pamplona, será también Arzobispo de Valencia. Cardenal a los 18 años y Capitán General del ejército Vaticano con apenas 20.

César Borgia – Bartolomeo Veneto

Hombre de gran fortaleza física, los cronistas recogieron algunas de las proezas  realizadas en su juventud.

Pasará a la historia como un hombre ambicioso, inteligente, buen estratega militar, hábil político realista, carente de cualquier perjuicio moral, dotado de una personalidad y modales que no pasaron desapercibidos para sus contemporáneos. Resistente y valiente como pocos, le gusta exhibir su fuerza y destreza con las armas. Al igual que su padre, es un apasionado de la caza. Con ardor y ferocidad, empleará la misma pasión en el acecho a hombres y mujeres.

De espíritu violento, sus contemporáneos dejaron testimonio de como su sola presencia física imponía respeto y temor.

En los años de mayor esplendor acostumbraba a vestir de negro y utilizaba con frecuencia una máscara para disimular las terribles marcas de su rostro, producidas por la sífilis. Contrajo el “mal francés” –o “español”, según como se mire-, durante su estancia en Nápoles.

Destinado por Alejandro VI -tal vez con la intención de que algún día alcanzara el Papado- a la carrera eclesiástica por la que César no tenía ningún interés.

Cardenal a los 18 años –increíblemente, sin haber sido ordenado sacerdote-. Sera el primer Cardenal en la historia que renuncie al cargo, en 1498 para ocupar el puesto de su hermano Juan al frente de las tropas vaticanas. Es el comienzo de su carrera militar.

El joven César Borgia, en un fresco de Pinturicchio

Juan aparece muerto en el Tiber en 1497, después de participar en una reunión familiar en casa de su madre Vanozza Cattanei. En la historia quedará la duda sobre la participación de César en su muerte. Eran conocidas sus aspiraciones militares y discusiones que mantenía con su hermano Juan por esos temas. César se consideraba mucho más capacitado para dirigir las tropas vaticanas.

El asesinato de Juan –su hijo preferido- causo gran disgusto y tribulación en Alejandro VI. Desencadenó una intensa investigación para desenmascarar a los culpables y castigarlos. Con sorpresa, a los 20 días del suceso, ordenó el cese total de las mismas. Nunca se sabrá si fue por la falta de resultados, o por haber constatado la veracidad de los indicios que responsabilizan a César.

Abandonado el capelo cardenalicio no tarda en partir para Francia. Los acuerdos entre Alejandro VI y Luis XII convertirán a César en un miembro destacado de la nobleza francesa. Está próxima la cima de su carrera. Tiene 23 años; ya es El Valenciano, Il Valentino en Italia, Duque de Valentinois en Francia.

En este viaje concierta su matrimonio, medio año más tarde –mayo de 1499- se casa con Carlota d’Albret, hermana del rey de Navarra. Conviven unos meses y César se despide de ella para acompañar a Luis XII en su campaña por Italia. No volverá a ver a Carlota y nunca conocerá a Luisa, su hija que nace en mayo de 1500.

En sus años de esplendor logró armarse de un gran poder militar y territorial. Unificó varios señoríos, hasta entonces dispersos, de la Italia central. Forli, Faenza, Pesaro, Urbino y otras plazas cayeron bajo sus habilidades militares. En esta época Leonardo da Vinci trabaja a su servicio. César lo contrata como arquitecto e ingeniero militar por la gran experiencia que aporta tras muchos años de trabajo para Ludovico Sforza.

Nicolás Maquiavelo lo utilizó como ejemplo de príncipe renacentista en su obra El Príncipe. Coincidiría con César  en 3 ocasiones, enviado como embajador Florentino, en episodios fundamentales de sus conquistas.

Manuscrito firmado por César, 1503 (Colección Pedro Correa)

Corre el mes de Agosto de 1503 y Alejandro VI enferma tras una cena en el viñedo del Cardenal de Corneto, al igual que César que le acompaña. Se achaca la muerte a una epidemia de malaria que asola Roma, si bien algunos han querido ver en los hechos la acción del veneno.

César se encuentra privado del apoyo pontificio, rodeado de enemigos, incapacitado por la enfermedad para tomar la iniciativa en una situación que solo había previsto a medias. No estaba en sus planes –como contará a Maquiavelo- que el día que muriese su padre él también estaría a punto de perecer.

El poder y apoyo que concitaba César emanaba de la posición de su padre como Papa. Al morir Alejandro VI se derrumbó en brevísimo tiempo.

Las poderosas familias de los Orsini y los Colonna ven la oportunidad de poner fin al poder de “los catalanes” y agitan a la población.

El Cónclave elige como Papa a un achacoso y viejo Cardenal. El 22 de Septiembre de 1503 Franco Todeschini Piccolomini es elegido como Papa de transición. En memoria de su tío adopta el nombre de Pío III.

César parece gozar de su protección, pues ha intervenido en el pacto para que salga elegido, es confirmado como confaloniero, y diversas ciudades de la Romaña renuevan su juramento. Pero el día 14 de Octubre la suerte de César da un vuelco. Gonzalo Fernández de Córdoba proclama un edicto que prohíbe a los capitanes españoles servir bajo la bandera de César. La mayor parte de sus hombres lo abandonan. España a entrado a formar parte de un pacto secreto que incluye apoderarse de la persona del Duque o perseguirlo hasta la muerte. En este momento crucial Pío III muere a los 26 días de ocupar la silla de San Pedro.

Se avecina un nuevo Conclave en el que Giuliano della Rovere está decidido a imponerse. Pacta con César y los cardenales españoles, prometiendo que lo confirmará como Capitán General y en la posesión de sus estados, a cambio de que se ponga a su disposición. Lo mismo hará con los cardenales italianos a los que promete todo tipo de beneficios.

Será el Conclave mas breve de la historia saliendo elegido el Cardenal della Rovere en la primera votación. Adopta el nombre de Julio II.

Portada de Sta. María de Viana

César Borgia ha cometido su mayor error. Julio II muy lejos de respetar sus promesas se propone reunir las ciudades de la Romaña bajo la bandera del Vaticano, además, en su voluntad, está el estigmatizar para siempre la memoria del Alejandro VI y de su familia.

Julio II lo hace detener y unos meses más tarde entra a formar parte de una transacción, favorecida por los españoles, que lo llevará a Nápoles. Una vez en los dominios del Gran Capitán, el Papa, vigilante, tiene conocimiento de los planes de César –que ya conspira contra él- y se dirige a los Reyes Católicos denunciando el incumplimiento de sus promesas. Dan la orden de detenerlo y en septiembre de 1504 desembarca en Valencia, camino de su encierro en el castillo de Chinchilla.

César emprende el camino sin retorno hacia su final en España, descrito al inició.

 

…Y LAS LLAMAS DEL INFIERNO ABRIERON LAS PUERTAS DEL CIELO.

SAN FRANCISCO DE BORJA (1510-1572)

Transcurrió algo más de un siglo para que -increíblemente, por los antecedentes familiares-, un descendiente del Papa Borgia  fuera canonizado, alcanzando la santidad en 1671.

San Francisco de Borja, nació en Gandía en 1510. Hijo de Juan de Borja y Juana de Aragón, IV Duque de Gandía y biznieto de Alejandro VI.

Muy piadoso, de niño ya mostró inclinación hacia la vida religiosa. Su familia lo envió a la corte del Emperador Carlos V -primo carnal de su madre-, donde contrajo matrimonio con Leonor de Guzmán, amiga intima y dama de la reina, Isabel de Portugal. Tuvieron 8 hijos.

San Francisco de Borja y el moribundo impenitente. –Goya 1788- Capilla S. Fco. de Borja, Catedral de Valencia

Era la mano derecha del Emperador, al que prestó importantes servicios. En 1539 lo nombró Virrey de Cataluña, cargo que desempeño con gran acierto. Ese mismo año fue encargado de la expedición que llevaba el cuerpo de la reina Isabel hasta su tumba en Granada. Recordará el viaje como muy penoso por los rigores del verano y la compañía de la muerte. A su llegada el cuerpo de la reina había comenzado a descomponerse y Francisco era uno de los encargados de identificarlo. Impresionado, al ver los estragos de la muerte, se dice que pronunció estas las palabras: “Nunca más serviré  a señor que pueda morir”.

Fallece su esposa en 1546 y decide arreglar sus asuntos mundanos para entrar en la Compañía de Jesús, renunciando a sus títulos a favor de su hijo mayor. Quisieron hacerlo Cardenal, rechazando la propuesta. Francisco había tenido oportunidad de tratar a San Ignacio de Loyola, de acuerdo con él ingresó en la Compañía.

San Francisco de Borja. Alonso Cano 1624.Museo de Bellas Artes de Sevilla

En mayo de 1551 se ordenó sacerdote. Ya en su época gozaba de un prestigio religioso inmenso, sin duda acrecentado por la gran personalidad  que era y la reputación alcanzada al lado del Emperador. Prácticamente se le consideraba un santo en vida, de todas las instancias reclamaban su consejo espiritual. La gran mística Santa Teresa consultó con él para guiar su vida interior.

En 1565 fue elegido General de la Compañía de Jesús. Será el tercero, sucediendo a San Ignacio y al P. Laínez. Bajo su impulso los jesuitas se extendieron por todo el mundo.

Conversión del Duque de Gandía. Moreno Carbonero- 1884.  Museo del Prado

Falleció en Roma el 30 de Septiembre de 1572. Ninguno de sus antepasados Borgia había alcanzado el reconocimiento y poder sobre los hombres que él había tenido, conquistados por su humildad y sumisión.

Clemente X canonizó en abril de 1671 a «San Francisco de Borgia, general de la Compañía de Jesús, ilustre por la austeridad de su vida, por el don de la oración, por las dignidades del siglo a las cuales renunció, y por las de la Iglesia que rechazó».

 

LOS ULTIMOS DE LA SAGA

Un nieto de San Francisco de Borja –Juan de Borja y Armendía- desempeñó como miembro de la nobleza diversas funciones en América, en el Nuevo Reino de Granada, actual Colombia.

Es el antepasado de la única descendencia patrilineal, o agnaticia –es decir que desciende por línea recta de varón en varón- de la familia Borgia o Borja. Sus descendientes son familias chilenas y ecuatorianas que llevan el apellido Borja. Entre sus miembros alguno alcanzó notoriedad, como Rodrigo Borja Cevallos, presidente de la Republica de Ecuador entre 1988 y 1992.

A este lado del charco un hijo de Francisco de Borja Telléz-Girón y Pimentel, X Duque de Osuna está considerado como el último descendiente de la saga Borja. Aunque casado, murió sin descendencia y sus títulos pasaron a una rama colateral.

Mariano Téllez Girón y Beauford Spontin (1814-1882) XII Duque de Osuna, XV Duque del Infantado, XVI Duque de Gandía, XIV Duque de Medina de Rioseco, XII Duque de Lerma… y una lista interminable de títulos nobiliarios que  resulta imposible relatar. Aquí, su biografía oficial publicada en 1857

Mariano acumulaba en su aristocrática persona tres principados, ocho ducados, diez marquesados, dieciséis condados, un vizcondado y diversas órdenes de caballería. Era el titular de la casa nobiliaria más importante del país. El sólo, veinte veces Grande de España.

Hizo carrera hasta llegar a general del ejercito por méritos propios, tras haber participado en las guerras carlistas, fue político y diplomático. Heredó, a la muerte de su hermano mayor, los títulos de la familia y dio a su vida un giro radical.

Algo de la maldición borgiana debía correr por sus venas. Alcanzó fama merecida por dilapidar una de las fortunas mas impresionantes de Europa. Le costó lo suyo, 38 años llevando una vida de lujo y desenfreno plagada de anécdotas y leyendas.

De él se decía que en todas sus casas estaba listo el comedor a la hora indicada por si se presentaba a comer. No debían de ser pocas, pues también se afirmaba que podía recorrer media península ibérica sin salir de sus posesiones.

Su vida de lujo dio lugar a la expresión popular “ni que fueras Osuna”, para referirse a un gasto disparatado o exagerado. En su época era famosas las tarjetas que repartía, nominales, y que daban derecho al portador a comer, cenar o montar a caballo en el Palacio de las Vistillas o en su finca El Capricho, estuviera o no el Duque.

Mariano Téllez-Girón. XII Duque de Osuna. Soldevilla y Trepat. 1857. Museo Nacional del Romanticismo 

Organizó fiestas memorables en la embajada española de San Petersburgo –era embajador extraordinario- pagadas de su bolsillo y a la que asistían toda la nobleza rusa y los zares. No menos famosos eran los extravagantes regalos que hacia y las propinas que repartía por donde pasaba, con ellas se ganaba el favor incondicional de todos los que prestaban algún servicio. Entre sus costumbres, utilizar solo el día del estreno costosos trajes de gala.

Mariano Téllez-Girón fue un gran mecenas de artistas y colaborador en innumerables obras sociales, derrochaba generosidad en todos los ámbitos.

Murió sin descendencia y prácticamente en la ruina, con un pasivo de más de 40 millones de pesetas. Su importante biblioteca fue comprada por el estado pasando a formar parte de la Biblioteca Nacional. Estaba plagada de documentos originales de la época de los Borgia. Las colecciones de arte se vendieron y se dispersaron en una subasta posterior.

 

BIBLIOGRAFIA

LOS BORGIA . La trinidad maldita. – Jacques Robichon (Ed. EDAF 1991)

EL PAPA BORGIA – Orestes Ferrara (Ed. La Nave 1943)

LOS BORGIA. Fama e infamia en el Renacimiento – Iván Cloulas (Ed. Ediciones B – 2003)

DIARIO BORJA-BORGIA Web de Manuel Borja, una gran recopilación sobre la historia de la familia

 

*Las imágenes de los personajes históricos han sido recopiladas en las páginas de  Wikipedia. Las fotos con la marca de agua “Diarios de una Bultaco” son originales propiedad del autor.