El Cañón del Sil, desde los miradores de Sober

Viñas & Vistas

Atardecer en la Ribeira Sacra

Fin de semana en Monforte de Lemos. La tarde del sábado hacemos esta ruta por la orilla lucense del Cañón del Sil, nos proponemos acercarnos a algunos de los miradores más espectaculares de la Ribeira Sacra. El recorrido total, unos 60 Km, se puede hacer en unas 4 horas, incluido el tiempo empleado en disfrutar del paisaje que tenemos a la vista.

Bodegas en la orilla orensana, desde el mirador “Os Chelos”

Salimos de Monforte dirección a Castro Caldelas, por la LU-903, carretera bien asfaltada, muchas curvas y en subida. Aquí lo pasaríamos mucho mejor con la moto que con el coche. Unos 14 Km hasta Doade, situado al inició de la bajada hacia el río. Desde Doade hasta el Sil hay un descenso espectacular, entre bancales de viñedos con excelentes vistas,  lo dejamos para la mañana del domingo.

En Doade nos desviamos dirección Amandi (LU-V-6031). Nos olvidamos de la buena carretera, a partir de ahora el recorrido transcurre por vías secundarias, atravesando pueblecitos perdidos, en algunos tramos tan estrechas que solo entra un vehículo, si bien el tráfico es nulo. Acabamos haciendo algunos kilómetros por pistas para llegar a los miradores. Un turismo normal circula bien por ellas.

Viñedos y bodega “La Rectoral de Amandi”

Atravesamos unos cuantos pueblos solitarios. Comenzamos a ver viñedos. En Amandi nos detenemos para ver las instalaciones y las viñas adyacentes de la bodega Rectoral de Amandi.

Amandi. Enfrente de la bodega, la iglesia. Haciendo esquina a la carretera un curioso mini-camposanto

Pasado el pueblo la carretera va descendiendo hacia el rio, a menos de 1 Km. llegamos al primer mirador.

Vistas desde Os Chelos

Desde el mirador “Os Chelos” tenemos a la vista los viñedos que nos rodean y los situados en la orilla orensana del Sil. El sol del atardecer pega en el lado sur, resaltando los caminos de las bodegas y algún pueblecito que salpica las verdes laderas. A pie de agua la central eléctrica de Regueiro.

Sera el mirador desde donde más bancales de viñedos veamos. En el resto que vamos a recorrer encontraremos los grandes desniveles y cortes del cañón del Sil, algunos superiores a los 500 metros.

Seguimos ruta por estas carreteras perdidas, dirección Sampil. Tramo entre robles y arboleda que cubre la carretera con su frondoso ramaje. Aquí, el cielo es verde. Los últimos rayos de sol se filtran entre los arboles,  el paisaje no puede ser más agradable para la vista. Detenemos el coche en mitad de la carretera para hacer fotos.

Dan ganas de quedarse a pasear por estos parajes solitarios, pero si lo hacemos se nos echará la noche encima antes de acabar el recorrido.

Santuario de la Virgen de los Remedios

Superado Sampil vamos hacia Pinol. Antes de llegar está señalizado el desvío hacia el Santuario de la Virgen de los Remedios; donde en septiembre se organiza una afamada romería popular.

El coche llega hasta la base del mirador, un entorno natural en estas fechas a reventar. Pura primavera. Brezo y flores de todos los colores. Hay una zona de merendero.

Mayo, en la Ribeira Sacra

El Cañon del Sil, en el desplome del mirador de Cadeiras

Estamos en el mirador de Cadeiras. Aquí vemos una de las partes más estrechas del Cañón del Sil. Un paisaje de vértigo,  rocoso y abrupto, se desploma hasta las aguas del rio. Pura verticalidad. En la orilla de enfrente una de las atalayas más famosas, los Balcones de Madrid.

Desde Cadeiras, la vista de una de las zonas más angostas del Sil

Retomamos la LU-V-6031 dirección a Santa Marta, hasta encontrarnos con el indicador que nos llevará al pueblo de Bolmente. Aquí comienza una ruta circular que nos llevará a los miradores de Cotarro I y Cotarro II.

En la Voz de Galicia leo que, hace un año, han cambiado su denominación adoptando los nombres tradicionales que dieron siempre los vecinos a estos lugares. Así El Cotarro I se llama oficialmente Cividade; y el Cotarro II, Boqueiriño.

Mirador de Bolmente (Cotarro II). Vista a la derecha…

… al centro …

… y a la izquierda… Se nos hace de noche pero nos da igual.

La carretera se adentra en un pinar y el asfalto comienza a desaparecer. Circulamos sobre una pista ancha unos kilómetros hasta la bifurcación que nos indica cada uno de  los miradores de Cotarro. Comenzamos por el dos –más cercano-; tomamos la pista hacia la izquierda. A unos 300 m. una pequeña explanada donde dejamos el coche. Un camino, estrecho y de fuerte pendiente, nos lleva hasta la plataforma del mirador. Vemos como un par de intrépidos suben con el coche hasta arriba, un tercero inicia el ascenso y se lo piensa por temor a dejar los bajos. No merece la pena arriesgarse, apenas nos separan 50 metros.

Monasterio de Santa Cristina, en pleno bosque

El mirador Cotarro II nos deja ver la orilla boscosa del Sil. Justo enfrente destaca el monasterio de Santa Cristina do Ribas do Sil. Visto desde el otro lado resulta increíble el lugar elegido. En el verde,  frondoso e inaccesible castañar de Merilán se levantó, hace setecientos años, el solitario monasterio.

En unos minutos nos apagan la luz

Disfrutamos el paisaje. Amenazados por la oscuridad deshacemos el camino hasta la bifurcación. Esperamos que el otro mirador no esté muy lejos o llegaremos a él sin luz. Recorremos el trayecto por la pista del pinar hasta el Cotarro I.

Vistas del cañón desde el Cotarro I

Hay habilitado un pequeño aparcamiento a la entrada del camino que conduce al mirador. Es una construcción reciente, de finales del 2012. Unos  metros por un cuidado camino de gravilla y listones de madera, entre grandes pedruscos. Por lo que vemos el final de la excursión no puede ser mejor.

Todo es espectacular en el Cotarro I de Bolmente, hasta el acceso. Inquietante pasarela sobre el Cañón.

Cotarro I es la construcción más espectacular de todos los miradores que hemos visitado. El acceso promete; a la vista una larga pasarela metálica parece estar colgada de la nada, vuela sobre el cañón.

Desde él, una de las vistas más impresionantes, los farallones de roca superan los 500 metros de altura.

Por cierto; encuentro en Internet como el mirador del Cotarro I ha sufrido los “recortes” de la crisis. Nunca mejor dicho. El proyecto inicial era una plataforma más larga y con mayor voladizo sobre el cañón.  El resultado ha sido una plataforma de 30 m. de longitud de acero corten -se oxida sin corroerse- con piso de pino nórdico y 7 m. de anchura. Se levanta sobre el suelo 4,5 m.

Una vez arriba no se puede resistir la tentación de comprobar en que se apoya la estructura… por si acaso. En el frontal derecho, grabado en el acero, Isabel Aguirre Urcola, arquitecta autora del proyecto. Si el acero corten se corroe ya sabes a quien reclamar…

En la soledad del mirador de Cotarro se mete la noche. La oscuridad del pinar nos acompaña hasta cerca de Bolmente, donde por arte de magia reaparece el asfalto. Buscamos la dirección hacia Sober y desde aquí, por una buena vía, llegamos a Monforte de Lemos.

Son cerca de las 11 de la noche. Enfrente del Colegio de la Antigua, en la Calle de la Compañía, la tapería “El Convento” está de bote en bote. Cenamos más de la cuenta, como siempre en Galicia. Saciada la vista y el estomago subimos al Parador de Monforte. Hace tiempo han sonado las 12 y el portalón  de madera no cede al poco empuje que nos queda. Por suerte hay timbre, no hace falta gritar aquello de: ¡¡¡ Aaaaah… del castillo !!!

“LOS MIRADORES DE SOBER”

(A) Monforte de Lemos - (B) Doade – (C) Amandi - (D) Mirador “Os Chelos” - (E) Mirador de Cadeiras - (F) y (G) Miradores de Bolmente (Cotarro 2 y Cotarro 1) –Distancia total 60 km.