Palacio de los Duques de Braganza - Guimarães (Portugal)

La Colina Sagrada

Patio y fachada Da Capela

A la visita nocturna -post Callejeando por Guimarães-, le sucedió la diurna con el fin de conocer 3 de los principales edificios asociados al nacimiento de Portugal.

Fachada principal

Están muy próximos entre sí, en  la llamada “Colina Sagrada” que domina el centro de Guimarães. Nos acercamos el domingo por la mañana, cuando el buen tiempo -que ha llegado hasta principios de noviembre- parece que nos quiere abandonar.

Detalle de una de las fachadas del Palacio

Comenzamos por el Palacio de los Duques de Braganza. Visita imprescindible si llegas a esta histórica ciudad portuguesa.

Una de las imágenes más típicas. Fachada da Capela del patio central

Ubicado muy cerca del centro de la ciudad, en una colina que domina Guimarães y al lado de otros dos edificios históricos: El Castillo y la iglesia de San Miguel.

Fue construido en los inicios del siglo XV y pasada su época de esplendor abandonado. Sometido a un gran deterioro –llegándose a autorizar la utilización de la piedra para otras construcciones- entró en el siglo XIX al borde de la ruina. En el año 1933 comenzó su restauración. Hoy, ofrece un aspecto magnífico.

El precio de la visita es de 5 €, siendo gratuita el primer domingo de cada mes. Coincide la fecha y nos ahorramos la entrada, solo tenemos que pagar 3 € por la tablet que será nuestro guía electrónico. Horarios e información útil en la pagina oficial http://pduques.culturanorte.pt/.

Ya desde el exterior, llaman la atención los tejados tan inclinados – le dan un aspecto inglés- y las enormes chimeneas.  El patio central es magnífico. Irregular, pues en una de sus fachadas se realza la entrada a la capilla del palacio.

Salón de los Pasos Perdidos

La visita es un buen recorrido por dos plantas del palacio.  Solamente hay una zona a la que no se puede acceder, reservada como residencia oficial del Presidente de la República. Se inicia el recorrido por el salón de los Pasos Perdidos. Así llamado por ser el lugar de espera de las personas que iban a ser recibidas por el Duque.

De gran tamaño, al igual que el salón de Banquetes y el salón Noble. Las estancias más espectaculares del Palacio.

Salón de Banquetes

Salón Noble

En ellas, además de la superficie, sorprende la techumbre. Magnífica,  por la altura y su construcción en madera.

Detalle del techo

En las salas se exponen colecciones de armas, muebles, tapices, porcelana china… la mayoría de objetos son de épocas posteriores al uso del Palacio -siglos XVII y XVIII-, no por ello menos interesantes.

Las salas están perfectamente ambientadas y decoradas. Como se puede ver en las imágenes cumple sobradamente como “Palacio piloto”.

…Salas…

…Comedores…

…otra vista del mismo…

…Continuamos por los dormitorios…

…abajo el de Catalina de Braganza…

Magnifico mobiliario, aquí el detalle de unas puertas:

Continua la visita en el piso superior. Salimos al corredor abierto enfrente de la capilla, una de las vistas más bonitas.

Patio interior, fachada Da Capela

La pequeña capilla, totalmente reconstruida, con mucho trabajo en madera. Cuando se inició la restauración poco quedaba de su estado original. Hoy la vemos iluminada con la luz natural de las vidrieras

Admiramos un ratito más el patio interior y continuamos el recorrido por el parque monumental. Nos espera el castillo, o mejor dicho, lo que queda de él.

Castillo de Guimarães

Un corto paseo hacia la cima de la colina y llegamos al Castillo. Se visita de forma gratuita, pues uno de sus atractivos es subir a la torre –por las vistas que ofrece- pero está cerrada por obras.

No hay mucho que ver. Lo más interesante de la visita es observar como en el patio interior no fue cubierto con un piso uniforme. El castillo se levantó sobre la roca madre, y en el interior se conservan grandes pedruscos que hay que sortear para recorrerlo.

Fue levantado en el siglo X, y es una construcción que se asocia a la fundación de Portugal. Se conservan la muralla y 8 torres.

A medio camino, entre el palacio y el castillo la antigua iglesia de San Miguel. También reconstruida, pues en el siglo XIX –al igual que el Palacio- amenazaba ruina total.

San Miguel do Castelo

Sirvió de capilla real y la tradición dice que aquí fue bautizado Afonso Henriques, primer rey de Portugal. En el interior se conserva la pila bautismal. La nave principal se recorre por un pequeño espacio lateral para preservar las losas de los enterramientos de caballeros y nobles de la época.

Nos vamos hacia el centro de Guimarães, es un corto y agradable paseo. Por el camino la iglesia de San Gualter, patrono de la ciudad.

Jardines e iglesia de San Gualter

Situada al final de una ajardinada avenida con forma abombada, en una perspectiva que favorece al conjunto. En la cima del monte que situado a su espalda se aprecia el Santuario da Pena. Aquí cerca está el funicular que te lleva en unos minutos. Teníamos previsto  subir, pero amenaza lluvia y la vista con el cielo nublado no es lo mismo. Pendiente queda.

No queremos irnos  de Guimarães sin probar las castañas. Es la época,  y las asan de una manera distinta a la nuestra. A la portuguesa, espolvoreadas con sal fina mientras se hacen adquieren un color blanco característico y un sabor peculiar.