Bilbao

Cuando el cielo es acero

Guggemheim, en HDR

Primer post del año con unas fotos de finales de Noviembre. Un fin de semana en Bilbao, que dio para mucho en experiencias y para poco en imágenes. No acompañaba el tiempo y apenas aprovechamos unos rayos de sol durante la mañana del sábado para llevarnos el mejor recuerdo.

Lo bueno de Bilbao es que la zona del Guggenheim se presta a unos cuantos experimentos con la cámara. Con semejante edificio da igual como salga el día.

A nuestra llegada vamos hacia el museo, queremos aprovechar el poco sol que nos acompañará. Unas fotos con Puppy, lo mismo rivaliza en tamaño con el museo con con la torre de Endesa.

Muchos paseantes y atletas urbanos por el entorno. Recorremos externamente el Guggenheim. Por dentro lo vimos una vez hace una decena de años…. y no se si me pillaran en otra. Hay que elegir muy bien la exposición para que merezca la pena. Sobre todo teniendo a un paso el Museo de Bellas Artes de Bilbao, ese si que no me canso de recorrerlo.

Que juego da el diseño de Frank  Gehry. Nos lo llevamos desde todos los ángulos…

…otra más…

…con el ojo de pez…

…fuera de la araña…

…dentro de la araña…

Nos vamos hasta el puente. Típica foto con el paseo y las gabarras.

…como entrenan los chavales…

La plasticidad del edificio con distancia…

La última vista en HDR extremo.

El resto del fin de semana, paseamos…

…hacemos un recorrido intensivo, mañana y tarde, por las zonas de poteo. En las Siete Calles animación a tope, y poco se puede decir de los pintxos.

La mañana del domingo la dedicamos al Museo de Bellas Artes de Bilbao. Uno de los grandes museos clásicos fuera de los que hay en Madrid. Colección permanente excepcional, con innumerables obras de maestros clásicos.

Con la exposición temporal tenemos la oportunidad de descubrir a los pintores hiperrealistas.

Nunca había visto una exposición de esta tendencia radical, surgida en los Estados Unidos a finales de los años 60.

Hiperrealismo, así se anunciaba por las calles.

Vemos una exposición sorprendente y de indudable atractivo.

Es imposible no pensar que estamos ante una fotografía, tal es el detalle y la perfección que alcanzan.

Increíbles cuadros donde no se aprecia una sola pincelada. En su mayoría son obras de gran formato que han sido elaboradas trabajando sobre ellas durante varios años.

La tecnología digital  a servido de mucho a esta tendencia, por la facilidad que da para proyectar sobre el lienzo la imagen que se pretende transmitir.

De muestra, una de las obras con las que se anuncia la exposición en internet. No tengo imágenes, pues en el interior del Museo no se permite fotografiar.

Termino con más hiperrealismo, en este caso otra interpretación en HDR de una secuencia de 3 tomas del Museo Guggenheim.